Perder la cabeza para sentirte vivo
Sentir que la vida no tiene sentido, porque no estás viviendo realmente tu vida sino la vida que otros querían para ti, o has adoptado un estilo de vida alejado de tu corazón, genera mucha frustración, confusión y estancamiento.
¿Por qué nos conformamos con un trabajo y una forma de vivir que nos hace infelices? Porque no nos creemos merecedores de vivir haciendo aquello que amamos; de crear una vida en armonía con nuestra naturaleza, de tener un trabajo que nos guste, con el que podamos disfrutar, crecer, aportar algo valioso y sostenernos.
Durante muchos años nos inculcaron demasiados «deberías» y «no deberías» y perdimos la confianza en nuestro corazón y en nuestra energía. Nos llenaron la mente de información de segunda mano, de prejuicios, miedos y expectativas, en lugar de apoyarnos a aprender y desarrollarnos a través de la propia experiencia. Esa saturación de «conocimientos», mandatos y demandas externas nos impidió reconocer y desarrollar el regalo esencial que nos hace únicos, esa sensibilidad, ese don, esa cualidad, ese talento o esa inclinación natural que, cuando se nutre con pasión, crece, florece y da sus frutos.
¿Cómo confiar en tu corazón cuando de niño te desconectaron de él y te impusieron unos objetivos y una hoja de ruta? Esa es la situación de la mayoría. En lugar de aprender a escuchar y confiar en nuestro corazón, de honrar nuestra visión y crecer caminando nuestro camino, hemos adoptado un camino y un manual de instrucciones. Si ese manual que dice cómo deberías ser y vivir tu vida no te ayuda a ser feliz, no es para ti. Aferrarse a él es una locura.
El problema es que, si decides desprenderte de la hoja de ruta y el manual de instrucciones para hacer aquello que te hace vibrar y sentirte vivo, al principio muchos te cuestionarán y te sentirás inseguro/a: «¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿Por qué dejas un trabajo estable y lo arriesgas todo? ¿No creerás que vas a poder vivir dedicándote a esas cosas?» Entonces te preguntarás: «¿Estaré perdiendo la cabeza?». Tal vez, pero, si te sientes realmente vivo/a, la vida se volverá una aventura, un aprendizaje diario, un viaje interior y exterior apasionante, una nueva forma de ver y estar en el mundo.
Perder la cabeza para sentirse vivo es una buena noticia, porque para ser libre tendrás que liberarte de muchas hojas de ruta y muchos manuales de instrucciones prestados. Perder la cabeza, tal como yo lo entiendo, no significa perder la inteligencia o actuar inconscientemente, sino desprenderte de las anteojeras y los corsés que te ha impuesto la sociedad.
Tal vez estás perdiendo la cabeza, pero no la lucidez; de hecho, no seguir un camino establecido, dejar de perseguir «zanahorias», responsabilizarte de tus elecciones y empezar a vivir conscientemente refinará tu inteligencia. Tu libertad molestará a aquellos que te quieren alineado, predecible y resignado/a, porque ya no buscarás su aprobación, te guiarás por el anhelo de tu corazón.
Extracto del libro: 'Sanar el corazón'.
Despertar el maestro interior
y sanar las heridas emocionales.
Ketan Raventós Klein
- Ediciones Gaia -